Tiempo, espacio y ciudadanía. Los libros ilustrados

Enfoque

Introducción.

Los libros ilustrados tienen una historia dilatada. Procediendo del siglo XIX se afianzaron en el siguiente y hoy siguen publicándose en el siglo XXI. La evolución que, desde sus inicios, ha experimentado este soporte visual y textual ha sido muy grande. Hoy el producto editorial permite concretar la edad del público al que se dirige y diferenciarlo de otros medios comunicativos como puede ser el cómic. La densidad visual de estos libros procura a los lectores o visualizadores otro tipo de mirada, reflexiva e intensa que es poco habitual en el mundo que nos rodea. Esta posibilidad permite en la etapa de Infantil y los primeros cursos de Primaria trabajar de forma muy productiva los conceptos de tiempo y espacio. Estos dos términos abstractos en su definición, pero muy precisos en la percepción de los niños, se siguen considerando esenciales para su aprendizaje vinculándose a la didáctica de las ciencias sociales, tanto geográficas como históricas y artísticas.

Objetivos

Conseguir que, mediante la mirada y la lectura, la imagen y la palabra los niños de entre 3 y 9 años alcancen e interioricen experiencias espacio-temporales.

Establecer, mediante la empatía que los creadores de libros ilustrados favorecen en sus obras, un vínculo emocional que posibilite un aprendizaje significativo, integrado en lo que los niños han experimentado por sí mismos.

Motivar estados de ánimo vinculados a la educación para la ciudadanía.

Metodología.

Elaborar un proceso de visualización y lectura de las páginas que componen un álbum ilustrado para trabajar los conceptos de tiempo, espacio y educación para la ciudadanía.

Mediante la elección de tres álbumes ilustrados de referencia se aplica ese proceso y se contrasta con uno del pasado en el caso de la educación para la ciudadanía.

Discusión y resultados.

Como han demostrado distintas investigaciones sobre este asunto, se obtienen resultados sorprendentes que, entre otras cosas, demuestran la agudeza perceptiva de los niños y su rápida vinculación emocional a estados de ánimo que forman parte de un aprendizaje vivido.

Si la historia de los sucesos humanos o de sus formas artísticas, así como de la geografía, pueden trabajarse en estas etapas educativas, la narración, con la sucesión temporal de hechos en un espacio configurado, es uno de los medios para hacerlo de un modo plenamente significativo.

Conclusiones.

Hoy, frente a la constante sucesión de imágenes y mensajes sonoros de fuerte impacto e ínfimo desarrollo temporal, los álbumes ilustrados pueden considerarse como una herramienta novedosa que potencia otro modo de aprender. Un modo innovador por las capacidades pregnantes e integradoras que poseen, propias del aprendizaje global de estas etapas educativas.

La educación ciudadana en estas edades puede llevarse a cabo mediante la acción, trabajándola en el grupo de escolares, pero también puede surgir efecto en la interpretación de los álbumes ilustrados o incluso mediante el contraste, como se ha indicado, con algunos libros ilustrados del pasado en los que el ciudadano se integra mediante situaciones poco deseables entre las que el premio y el castigo son una de las más notables.

Proponer una orientación para el trabajo con estos libros debe permitir una mayor utilización en la educación formal e informal de aquellos hacia los que van dirigidos.