Una “nueva” forma de estudiar las pinturas rupestres en las clases universitarias de Historia del Arte.

Enfoque

No son pocas las ocasiones en las que se oye decir que la Universidad es un centro del saber y, por tanto, los alumnos deben estudiar todo aquello que los docentes les transmiten a través de clases magistrales. No obstante, aunque de forma muy lenta, la Educación Superior se está abriendo a nuevas metodologías más activas y dinámicas donde los discentes son protagonistas de su propio aprendizaje. Un aprendizaje que les permite asimilar los conocimientos de una manera más profunda y duradera.

El presente trabajo es producto de una propuesta educativa que se implementó en los cursos de 1º del Grado de Historia y Humanidades en la Universidad de Almería. La asignatura en la que se llevó a cabo fue Historia del Arte I: De las Primeras Manifestaciones Artísticas a la Baja Edad Media, concretamente en el bloque II ”El Arte Primitivo”. Conscientes del problema que acarrea una asignatura como esta donde memorizar características, nombres de artífices y manifestaciones artísticas es esencial, consideramos la posibilidad de realizar unas prácticas menos convencionales dentro de este tipo de materias. Así, se procedió a enseñar a los alumnos el procedimiento para realizar pinturas prehistóricas (pigmentos, aglutinantes, materiales y métodos de aplicación). Se tomó como ejemplo una de las cuevas más importantes de la cordillera cantábrica: la Cueva de Covalanas (Cantabria). Con esta actividad buscamos que los discentes puedan:

• Conocer el patrimonio prehistórico de la cordillera cantábrica.
• Conocer las técnicas y materiales de las pinturas prehistóricas.
• Diferenciar entre las pinturas de la cornisa cantábrica y de los abrigos rocosos levantinos.

Después de realizar una pequeña introducción a la pintura en la Prehistoria a través de un PowerPoint, los alumnos recibieron los materiales para hacer las pinturas rupestres de la cueva de Covalanas. Entre otros, fotocopia con las figuras seleccionadas (cierva, reno, caballo, etc), pigmento rojo, agua y cola sintética. Una vez finalizada la actividad, se procedió a seleccionar los mejores dibujos y realizar una pequeña exposición virtual en la facultad de Humanidades. A través de un expositor, todos aquellos que quisieron, podieron escanear un código QR con el objetivo de conocer la historia de la cueva, el proyecto y los dibujos de los estudiantes. Del mismo modo, podían participar en una serie de actividades interactivas en la plataforma Wordwall, a modo de concurso, para responder una serie de preguntas sobre el tema.

Dicha práctica motivó a los discentes conllevando, no solo resultados positivos desde el punto de vista académico (ejercicios relativos a este periodo), sino que, además, comprobaron que podían acercarse al estudio de las obras de arte de una manera distinta a la que habían hecho hasta ese momento. Una forma de estudiar la Prehistoria que, por el momento, no es lo habitual en los estudios superiores por considerarse ”infantil”.